GESTIÓN DE VIDA, GESTIÓN DE PROYECTOS

Son muchas las comparativas que se pueden hacer en el transcurrir de un proyecto en una empresa.

Normalmente no se decide tener un bebé de un día para otro; es fruto de un pensamiento consensuado, en el que 2 personas optan por dar un paso más en su relación y empiezan a lo que asiduamente llaman “buscarlo”.

En el mundo de la empresa, pasa algo parecido. No se suele montar un proyecto de la “noche a la mañana”, sino que algo de manera intrínseca te va conduciendo a ello. De una forma u otra, también “lo vas buscando”. En el momento en el que te decides, el predictor es positivo.

Empieza a cambiar tu vida. Pasados unos pocos meses, las náuseas, el cansancio y los dolores abdominales, Son 9 meses mágicos, llenos de ilusión, sublimes, que jamás se olvidan. Estas apostando por un futuro, que aunque en el caso del bebé es para toda la vida y en el caso de un proyecto no tiene por qué serlo, bien es cierto que te influirán para el resto de tu actividad como empresa.

Llega el momento del nacimiento; tu idea, tu proyecto y tu sapiencia serán evaluados por tu cliente.

Los primeros meses, son al igual que “bonitos”, difíciles. Tienes que estar muy atento para atender como se merece a ese “bebé”. Está indefenso, quieres que lo conozca tu entorno, que todo el mundo denote tu ilusión y alegría. Hay que mimarlo, dedicarle un tiempo que tendrás que quitar de otras cosas, ponerlo por encima de todo…

El pequeño retoño, empieza a dar sus primeros pasos… el proyecto empieza a caminar… Ahora hay que tener un cuidado especial, ya no vale con estar pendientes solo cuando quiera comer… En este momento no vale el descuido, ya puede tomar diferentes rumbos y tenemos que estar encima, para poder ir “limpiando” la vereda.

Sus primeras palabras son los primeros acuerdos, firmas o convenios. Es una época que absorben todo, se suele decir que como “esponjas”. Tenemos que darle forma, tenemos que enseñarle, que conozca a otros niños… Los pequeños, no tienen miedo, no saben aun lo que es… Son capaces de meter su diminuta mano, entre las fauces de un pastor alemán sin inmutarse… El proyecto tampoco debe tener miedo y menos en sus inicios, es muy poco lo que tiene que perder y mucho lo que puede ganar.

Para Lara, que empieza su camino junto a nosotros, que esos pequeños ojos vean grandes cosas.

Gabriel Cesar Jiménez. Socio Fundador de G.a-Consultores.

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