¿SE PUEDE FALLAR CON ÉXITO?

 Cada vez suena con más fuerza el término “VUCA” (acrónimo en inglés de volatility, uncertainty, complexity and ambiguity) que se refiere a la actividad en un entorno volátil, incierto, complejo y ambiguo.

Esta expresión que tiene su origen en el ejército americano y que se utilizaba para referirse a la realidad para la que debían prepararse los soldados, describe muy bien la realidad que nos ha tocado vivir pero ¿somos conscientes de lo que implica?

En una realidad que se mueve y avanza a velocidad vertiginosa hay que estar preparado para lo que venga y cuanto antes entendamos que la única constante es el cambio mejor preparados estaremos para afrontarlo. Pero ¿Por qué nos da tanto miedo? ¿Por qué gestionamos tan mal la incertidumbre? ¿Por qué nos aferramos a lo conocido?

Desde pequeños nos preparan para el éxito, pero no para el fracaso, es más hay un estigma social respecto al mismo pero ¿qué es el éxito?, ¿qué es el fracaso?

Tal vez cuando somos muy buenos en algo, nos aferramos a ello y nos da miedo salir de nuestra zona de confort porque en esa área conocida somos los mejores. Pero ¿y si ese trabajo para el que eres tan bueno dejara de existir?, ¿qué harías?, ¿lo considerarías un fracaso?, ¿dejarías de ser una persona de éxito?

En un entorno “VUCA” conviene saber que no hay garantía de éxito y que lo que funciona hoy, puede que no funcione mañana, luego si tenemos claro que el éxito y el fracaso son dos grandes impostores a los que hay que tratar con cierta indiferencia. Si somos capaces de no perder el foco y nuestro objetivo, seremos capaces de hablar de “micro éxitos y micro fracasos” de los que extraer un aprendizaje para utilizar como palanca que nos permita llegar a nuestra “Ítaca”.

Sí, no es conveniente dejarnos llevar por la euforia del éxito, ni permitir que los fracasos nos paralicen, saber que la dificultad siempre está en el camino y contar con la caída, nos permitirá avanzar y no flaquear, contar con que nuestro camino será un zigzag de avances y retrocesos nos permitirá aprender y seguir hacia adelante, nos ayudará a tener perspectiva y a buscar soluciones alternativas y creativas que nos ayuden a recorrerlo.

Todo puede cambiar de un momento para otro, debemos conocer la realidad, las tendencias y el contexto en el que nos movemos para adaptar nuestra estrategia y táctica pero tenemos que ser conscientes de que en un entorno volátil deberemos  tener visión para anticiparnos a los cambios e incorporar la innovación y el talento necesario para evitar que cualquiera pueda conquistar nuestro “reino” y mantener un crecimiento sostenido en el tiempo.

Y se necesitan muchas dosis de inteligencia contextual, de humildad y de valentía para anteponer el proyecto común al interés personal y para dar paso al talento y liderarlo, más aún para gestionarlo y retenerlo y todavía más para admitir y asumir la propia responsabilidad.

Tal vez por ello andemos escasos de líderes, porque preferimos rodearnos de “palmeros” que nos bailen el agua y nos regalen los oídos que contar con colaboradores con pensamiento crítico que nos den una visión sistémica.

Es de sabios rodearse de colaboradores más inteligentes que uno mismo y para ello necesitamos humildad, honestidad y una actitud de eterno aprendiz, porque en un entorno “VUCA” necesitamos personas con visión y creativas capaces de formular preguntas diferentes y asumir múltiples perspectivas que nos permitan innovar para anticiparnos al cambio, pero al tiempo necesitamos líderes  transformadores, ejemplarizantes y coherentes, capaces de ser motor y guía del cambio y de las personas que lo propiciarán.

check_mark_celebrate_2456Tal vez si nos enseñaran a caer, entenderíamos, como dice Pablo Foncillas, que lo importante no es cómo nos caemos sino cómo nos levantamos y que no debe preocuparnos caer pero sí caer dos veces con el mismo problema.  Os dejo el enlace a su conferencia “Gestión del Fracaso-Claves para fallar con éxito”, para vuestra reflexión.

María Hernández  Lahoz

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