UN POQUITO DE COHERENCIA, POR FAVOR

Existen diferentes estudios que ponen de manifiesto que las empresas con trabajadores muy comprometidos tienen un mayor beneficio que aquellas que cuentan con trabajadores menos involucrados y satisfechos.

Y he aquí un concepto clave y a menudo olvidado. Es frecuente vincular el compromiso de nuestros empleados con su implicación, lealtad, vinculación, pertenencia, etc. olvidando que para ello es clave y fundamental la satisfacción de las personas que integran nuestros equipos.
Y por mucho que duela o escueza no siempre lo tenemos claro.

Creemos que basta con sacar nuestra “flauta de encantador de serpientes” y nos olvidamos que, como todo en la vida, tiene que haber coherencia entre lo que decimos y hacemos, además de un equilibrio justo y necesario entre lo que ofrecemos y lo que exigimos.

Y ojo, aquí entramos en arenas movedizas, no se trata de repetir un discurso ensayado y manido, tenemos que tener valentía de decir “NO” pero sin insultar la inteligencia de nuestros colaboradores.

¿Qué expresiones es mejor no utilizar a la hora de hablar con nuestro equipo-de dar malas noticias-? Por ejemplo, no podemos decir “sé que no te causo perjuicio económico”, ni intentar convencer a un colaborador, si decides por ejemplo despedirlo, de lo mal que lo estás pasando. Evitar los “entiende” y los discursos de manual de autoayuda que sugieran a los empleados cómo actuar, pude resultar ofensivo. Es difícil tratar situaciones complicadas pero una cosa es “quitar hierro” y otra querer que los afectados “comulguen con ruedas de molino”.

¿Y al hilo de que viene todo esto? Con frecuencia oigo y leo opiniones acerca de la motivación y de la implicación de las personas pero pocas veces me han dado respuesta a una pregunta, a mí entender clave ¿por qué desmotivamos a colaboradores con un alto grado de implicación y compromiso?

No todo vale para todos, ni hay una receta mágica que me garantice el éxito pero hay una cosa que tengo clara: para generar confianza, implicación y compromiso es fundamental la coherencia y la claridad en la comunicación. Tiene que haber una relación entre lo que decimos y lo que hacemos, tenemos que ser honestos y no vender humo para “capear el temporal”, los “veremos” y las expectativas siempre en tiempo futuro ponen en tela de juicio nuestra credibilidad y la confianza de nuestros colaboradores.

Las palabras tienen que ir acompañadas de actos que las refuercen y si no, mejor no digas nada….Al fin y al cabo como dice Stephen Covey “Tus actos siempre hablan más alto y más claro que tus palabras”.

María Hernández Lahoz. Responsable Delegación Aragón GA Consultores

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