Ambas tecnologías, realidad virtual y realidad aumentada, se utilizan a partes iguales pero lo cierto es que entre ambas existe diferencias esenciales. ¿Qué debemos tener en cuenta a la hora de diseñar una actividad formativa?
El uso de tecnologías inmersivas como la realidad virtual, la realidad aumentada y la realidad mixta dentro de la formación en prevención de riesgos laborales es cada vez más frecuente. Sin embargo, aunque las previsiones en el uso de esta tecnología son de crecimiento exponencial en los próximos años, como afirma el Informe del Observatorio de Innovación Educativa, estas tecnologías no son eficaces por si solas. Para lograr un alto grado de transferencia de conocimiento, los recursos tecnológicos deben formar parte de una actividad integrada cuyo diseño es responsabilidad del formador.
Un escenario con dos espacios
La realidad aumentada completa el espacio real, en el que nos situamos, con elementos virtuales. Con este tipo de tecnología se busca enriquecer la información sobre el entorno mediante la adición de imágenes, audios, textos u objetos interactivos. Todos estos elementos se pueden consultar a través de la pantalla de un móvil, un ordenador con webcam o una tableta, pues es necesario contar con una cámara que “vea” la realidad en la que se superpone la información deseada. También se puede acceder a la realidad aumentada a través de códigos QR, es decir, imágenes en blanco y negro que, al ser reconocidas por la cámara, despliegan el contenido asociado a la misma.
Con ayuda de la realidad aumentada se puede explorar cualquier entorno laboral y en cualquier nivel de los trabajadores; la realidad se contextualiza y enriquece con información en diferentes lenguajes. Además, permite diseñar actividades didácticas en las que el alumnado puede resolver problemas y participar en dinámicas prácticas, para «aprender, haciendo».
La realidad virtual, otra dimensión
Existe una tecnología inmersiva que puede «trasladarnos» a cualquier lugar, es la realidad virtual. Gracias a esta tecnología y con la ayuda de unas gafas virtuales, podemos simular situaciones reales para la práctica del alumnado en entornos seguros. El usuario, además puede interactuar en este entorno digital. Este tipo tipo de experiencias son estimulantes y permiten al usuario, asilarse del entorno en el que se ubica.
Os dejamos un ejemplo de un proyecto de realidad virtual para la seguridad en obras.