El clima laboral en tiempos difíciles

¿Qué puede romper el clima laboral en tiempos difíciles? Además de las propias circunstancias, la actitud de la dirección y el personal es fundamental.

Crisis, recortes que afectan a la plantilla, incertidumbre, mayor carga de trabajo… En situaciones complejas como la actual, donde su empresa puede tener que estar tomando decisiones duras, es más importante que nunca cultivar y mantener un clima laboral óptimo. Aquí tiene tres actitudes capaces de dar al traste con el clima laboral y hundir a la plantilla más motivada (….y, además, se producen con mucha mayor frecuencia de lo que se imagina):

·         No predicar con el ejemplo. ¿Qué efecto cree que tiene en la plantilla proclamar la necesidad de medidas de austeridad (congelar o bajar salarios, eliminar complementos, reclamar esfuerzos extras…) mientras se mantienen gastos ostentosos a nivel directivo (cambios de vehículos de empresa, rediseño de despachos, viajes sin reparar en gastos, bonus discrecionales a determinados directivos…)

·         Criticar a los que se marchan. Una tentación muy frecuente es criticar a la persona que sale de la organización debido a los ajustes, como una forma de tranquilizar a los que se quedan, para hacerles creer que la situación no es tan mala, sino que esa persona ha salido por su bajo rendimiento. Grave error. Esta conducta no sólo no tranquiliza sino que pone de manifiesto a los que se quedan lo que se dirá de ellos si en el futuro salen de la organización.

·         Mentir (por acción o por omisión). El año 2008, una conocida empresa ya desaparecida del mercado presentaba con gran triunfalismo los resultados obtenidos en el ejercicio anterior. Quince días después, esa misma empresa presentaba un ERE, avalado por una prestigiosa consultora que afirmaba que la crisis había sido súbita e imprevisible y lo dicho 15 días antes no valía. Este un ejemplo y un modelo de cómo no hay que actuar.

¿Por qué estas actitudes destrozan el clima laboral?

Porque desconectan el mensaje de la realidad, porque desprecian a la persona que hay detrás de cada trabajador y porque desmotivan a una plantilla que, ahora más que nunca, debería estar altamente motivada para contribuir con su esfuerzo y su trabajo al éxito de la empresa.

Fuente: Carta del empresario.

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